El exceso de humedad en el heno lo hace susceptible al crecimiento de moho. El moho reduce el atractivo del heno para los animales, genera calor y provoca la pérdida de materia seca y una disminución de los nutrientes digestibles totales. El moho también puede producir micotoxinas, que son dañinas tanto para las especies rumiantes como para las no rumiantes. Los altos niveles de humedad pueden causar expansión térmica, donde la humedad atrapada aumenta la temperatura interna del fardo. En casos raros, esto puede generar temperaturas de hasta 180 °F (82 °C), lo que representa un grave riesgo de incendio debido a la posible combustión espontánea.